Si, le he cambiado el nombre al blog. A mi señora madre casi le da algo, después de lo poco que le gustaba teterasypatitosdegoma, dice
que se había acostumbrado. Ahora no puede ni pronunciar el nuevo... Que puedo
decir, de niña me encantaba presumir de mi dicción perfecta al canturrear
supercalifragilisticoespialidoso...
¡¡Palomiteliciosas!!
Ese es su nombre. Ese adjetivo que a mí me sirve para
describir las series que son vapuleadas por la crítica, pero que me lo hacen
pasar tan bien. Esos conocidos guilty pleasures que yo confieso con todo el
entusiasmo.
Palomiteliciosas son las Prettys, más bien todas las series
de la cadena norteamericana CW, las pelis de Fast and Furious, Piratas del Caribe y todas las sagas
comerciales de la Disney, Once Upon a Time, Taylor y Selena...
En definitiva aquellos productos nacidos por y para
entretener, sin mayor ambición, sin querer hacernos pensar sobre lo profundo de
nuestra existencia.
Esas pelis y series que pueden convertirse en quedadas entre
amigas, en noches de cine con la familia y en horas y horas de diversión y evasión
sencillas pero efectivas.
No nos alarmemos, en Palomiteliciosas seguirá habiendo hueco
para productos algo más “serios”, más que nada porque uno tiene que mantener el
equilibrio.
Este es el concepto que a muchos eruditos se les escapa o se
avergüenzan de reconocer. Si todas las series fueran “Breaking Bad”, creedme,
no la apreciaríamos de la misma forma. Por tanto, igual que sucede con el bien
y el mal, sin las Prettys no hay Breaking Bad.
Así pues, es hora de que los de paladar más exquisito,
seriefilamente hablando, se lancen a la piscina con alguna ficción “teen”, de que
los que ya tienen alguna de estas series en su lista de imprescindibles lo
digan con orgullo, y también es el momento de que los que nos pasamos en dosis
de palomiteliciosas hagamos los deberes y nos pongamos al día con “Mad Men”…
Digámoslo a los cuatro vientos: ¡las palomiteliciosas nos
hacen felices!
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