La promesa de ver a Jonathan Rhys Meyers arrebatador a la vez que
maligno, es lo que sin duda habrá atraído a la mayoría de los
espectadores que han disfrutado del primer episodio de esta nueva
serie de la NBC. Pero Drácula parece quedarse en el intento de ofrecernos algo más.
Adaptar a la pequeña pantalla el clásico de Bram Stoker es muy
arriesgado, ya que en los últimos tiempos hemos estado bastante
saturados de vampiros televisivos y cinematográficos. Además el
personaje ya resulta más que familiar a la mayoría de los
espectadores.
Eso ha sido lo primero que me ha frenado a la hora de sumergirme
completamente en el mundo de esta nueva y cuidada versión del
vampiro. Al ver a Lucy no he podido evitar pensar que la melena roja
que lucía el personaje en la película de Coppola, plasmaba el
carácter lascivo del mismo de manera mucho más eficaz y visualmente
potente de lo que nunca lo hará el rubio apagado elegido en esta
nueva versión.
Asi, queda claro que este Drácula no puede competir con aquel
film mítico que hacía alarde de un cromatismo fascinante, ni falta
que hace. Con su episodio piloto ya demuestra que también nos puede
hacer disfrutar mucho marcando distancias con el espíritu de la
novela.
Los escenarios, la ambientación y el vestuario estan
meticulosamente cuidados, algo que queda más que patente en la
fastuosidad de ese baile de bienvenida que nos conquista sin remedio
desde el punto de vista estético y fantástico.
Y comento esto último porque hacía tiempo que una serie no
conseguía sólo con su aderezo dejarme absolutamente cautiva en unos
minutos. De hecho la última que, según recuerdo, logró algo
similar es “Downton Abbey”... de las dos podríamos decir que
lucen un aspecto impecable.
Pero no sólo se vive de una imagen potente, y Alexander Greyson,
el hombre tapadera del monstruo, me ha parecido un poco falto de
fuerza, agresividad y maldad al principio, pero en esto ya en el
piloto se nota una evolución. Lo mismo pasa con la acción, que
brilla por su ausencia, hasta el final de este “The Blood is the
Life”.
Sinceramente, tampoco la estaba echando de menos. El ritmo del
capitulo es exactamente el que ha de tener, y la introducción de los
personajes es tan eficaz que casi intriga.
Pero el argumento no llega a convencer del todo. Principalmente
porque nuestro chico muestra demasiadas semejanzas con cierto
superheroe que nos ha robado el corazón cazando villanos flecha a
flecha. No imaginaba yo a Drácula necesitando motivos para matar y
quitando la vida únicamente a aquellos que ennegrecen el mundo. Por
ahi quizá deberian darle una vuelta al enfoque que han elegido,
quizá obsesionados con alcanzar a la mayor cantidad de público
posible.
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