Piratas del Caribe. En mareas (con un toquecillo na’ más de) misteriosas…

“Amates del cine palomitero!! De un buen blockbuster!! Locos enamorados de Sparrow!! Se ha hecho esperar pero ya está entre nosotros la cuarta peli de EL pirata.”

La predisposición hacia “Piratas del Caribe. En mareas misteriosas” no es la misma que si vamos a ver… que se yo… cualquier otra película de su director, Rob Marshall.

Este señor tiene dos personalidades, esta clarísimo. Una de ellas filmó “Chicago” y la otra hizo el resto de sus pelis… Es imperdonable la que lió con “Nine”… Cómo es posible que lo mejor de esta película sea una cantante novata total en esto del séptimo arte??… ( Fergie “Be italian” )

En cualquier caso al espectador corriente y moliente se la repampimfla que este señor dirija la peli.

Pero, a ti, si es que te consideras un espectador, no más, si es que no tienes ni idea de cómo se llama Barbosa en realidad y el guionista para ti no es más que un señor triste y sin nombre… A ti, te diré que Rob es el causante de que a lo largo de esta cuarta entrega seas absolutamente consciente de que te tiras dos horas sentado en una butaca, de que te revuelvas buscando la enésima postura buena, de que hasta llegues a mirar el reloj.

Tristemente el nuevo orquestador tiene un serio problema con el timing… no es lo suyo. Simplemente no logra atraparte como para que olvides todo lo demás. Eres consciente de la butaca, de las palomitas del señor que engulle dos filas delante de ti... No estás con Jack, le sigues atentamente pero no estás con el.

Que es una peli en la que vas a encontrar lo que buscas? SI, te va a llenar? NO. Sus 141 minutos están llenos de persecuciones imposibles, artimañas para todos los gustos, y giros de guión no tan sorprendentes como en otras ocasiones. Lo único que vuelve con la fuerza intacta es su BSO… un placer de tarareo.

Lo mejor: el planteamiento de la aventura. Con sabor a pirateo del bueno… Sencillo. Los rumores que recorren Londres, ciudad de arranque, el encuentro con nuestra ibérica… a partir de ahí es… otra cosa. Con alguna delicia intercalada... pero otra cosa.

Penélope, no lo hace tan mal. Eso si, fijo que gana en la versión original porque la mitad de la gracia de esta chica es escucharla hablar ingles. Me pega mucho con nuestro amado bucanero… de la química ya no ando yo tan segura. Es que el toque afeminado del prota esta muy bien hasta que hay que verle en estas tesituras.

De los nuevos tortolitos de la saga, un beato y una sirena, os diré… que no hay quien se los crea… Asimilo antes que la muchacha tenga cola, a que él suelte esas parrafadas por su boquita… Aun así suponen un anclaje a la historia. Sus momenticos en pantalla le pegan un toque femenino entre tanta testosterona, absolutamente necesario cuando hablamos de una peli para todos los públicos.

Ah, si de este párrafo habéis entresacado que Pe es incapaz de darle el toque femenino… pensáis bien. Es que esta mujer es demasiado basta. Que Keira Knightley en su finura se ponga de machorro total no perjudica su lado sexy… No es el caso de la americanita adoptiva.

Entretenida, como solo lo puede ser una película de esta saga… con grandes momentos que te quiten la respiración… no tanto. Las persecuciones, peleas… se hacen… largas?

Desde la sencillez que es más fácil. Un ejemplo. Comentaban dos amigas a la salida del cine:

-         Ha estado bien no?

-         Si, pero un poco aburridilla por el medio…